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CONOZCA LOS PRIMEROS CAPITULOS DEL LIBRO LA DOMA RACIONAL EQUINA (sin fotografias)

Andrés Hernando Neira Rincón

 

 

 

 

 

 

 

 

La

Doma Racional

Equina

____________

 

 

 

 

 

 

Una alternativa diferente para  tratar  a  los equinos,

desmitificando la errónea idea,

que un animal sólo puede ser domado

mediante el castigo y los  malos tratos

 

 

 

 

 

 

La Doma Racional Equina

 

Autor y editor

ANDRES HERNANDO NEIRA RINCON

 

Fotos Interiores

Andrés Neira

LUIS GOMEZ

VICTORIA E. QUICENO

Corrección de Textos

MELBA BOTERO DE SALAMANCA

© 2008- ANDRES HERNANDO NEIRA RINCON

CALLE 138 Nº 57-38 Bogotá - Colombia

 

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita del editor, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático

 

ISBN: 978-958-44-4088-4

 

EDICION DIGITAL DE LA SEGUNDA EDICION AMPLIADA Y MEJORADA

 

 

 

 

 

 

A mis abuelos Hernando Y Guillermo

 desde niño uno me involucro en el mundo equino,

el otro me enseño el respeto por la obra de Dios,

A mi amigo, Capitan Fredy Alberto Silva Guarín (QEPD),

quien amo a los caballos con pasión

y a la patria con honor,

hoy, como ángeles de la guarda, me acompañan

 en esta noble tarea de cambiar la violencia

por sentimientos de amor y paz

 

 

 

A toda mi familia, 

que me sigue apoyando de manera incondicional

 en esta difícil y hermosa misión que me he impuesto:

 cambiar la tradición por un método 

que no termina por ser plenamente aceptado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INDICE

 

8.       LA DOMA RACIONAL EQUINA           

11.     CONOCIENDO AL CABALLO             

13.     EL “IMPRINTING” (IMPRONTA)                

18.     EL LÍDER DE LA MANADA               

20.     CÓMO  EJERCE EL LIDERAZGO              

23.     EL ORDEN JERÁRQUICO                         

25.  EL ESPACIO DE PROTECCIÓN (DISTANCIA DE                              FUGA)                                             

28.     COMENZANDO LA DOMA

30.     EL CORRAL CIRCULAR                   

35.     EL LIDERAZGO DEL HOMBRE                  

40.     TOCANDO AL POTRO (DESCOSQUILLE) Y COLOCANDO        UN   CABEZAL                   

55.     ENSEÑANDO A CABESTREAR                 

65.     EL PASO ATRÁS                                      

71.     LA PRIMERA ENSILLADA                         

80.  EL TRABAJO A LA CUERDA PASO, TROTE, GALOPE Y ALTO                         

93.     EL PRINCIPIO DE LA REUNIÓN                

101.   LAS RIENDAS LARGAS                   

106.   EL TRABAJO CON RIENDAS LARGAS      

121.   ANTES DE MONTAR POR PRIMERA VEZ EL POTRO                                                

133.   MONTANDO EL POTRO                           

144.   MONTANDO EN EL CORRAL 

161.   TRABAJOS FUERA DEL CORRAL             

171.   EL MOMENTO DE ENFRENAR        

180.   GENERALIDADES DEL BOCADO

 

 

I N T R O D U C C I  Ó N

 

 

Para domar, lo principal es la paciencia; no podemos pretender trabajar a nuestro ritmo, pues aquí el que  aprende es el caballo y  es a su  ritmo, al que debemos someternos

                                                         EL AUTOR

 

 

Esta edición digital de la segunda edición ampliada y mejorada significa que mi esfuerzo por cambiar los métodos de doma tradicionales ha surtido efecto y que hoy son más las personas realmente interesadas en comprender mejor a sus animales para poder compenetrarse con ellos.

 

Tal como dije en la primera edición, al decidirme a escribir, he querido  contar lo que he aprendido a través de mi propia experiencia;  compartir con ustedes mis conocimientos sobre el comportamiento equino y cómo sacar provecho de ello.

 

Deseo  que se den la oportunidad como lo hice yo en su momento,  de conocer algo más. Déjenme contarles lo que sé, para que ustedes +algún día también compartan conmigo lo que saben;  y de ser posible, entre todos los  conocedores de caballos podamos un día crear:

 

 

EL SISTEMA DE DOMA RACIONAL PARA EL CABALLO CRIOLLO COLOMBIANO.

 

 

         No pretendo, ni he pretendido nunca decir que los antiguos sistemas de doma sean obsoletos o errados, simplemente quiero mostrar una manera diferente de domesticar a nuestros animales, la idea no es que cambiemos los métodos tradicionales por la técnica que aquí explico, si no mas bien conocerla y de ser posible complementarla con lo que se ha venido haciendo y de esta manera lograr mejores caballos.

 

         Espero que disfruten de su lectura y más allá de eso que puedan practicar con sus caballos lo que comparto aquí y piensen que si con paciencia y cariño logramos domesticar un animal tan imponente, por que no tratar de la misma manera a nuestros congéneres, quizá de esta manera el mundo seria mejor.

 

 

 

LA DOMA RACIONAL EQUINA

 

Cuando trabajamos con caballos,  uno de los  grandes  errores que se cometen es  pretender que ellos tengan un nivel de conocimiento igual al nuestro. Queremos que  entiendan las órdenes que les  impartimos,  tan pronto como se las damos y no nos damos cuenta que ellos tienen su propio ritmo de aprendizaje, similar al de  un niño de dos o tres años, a quien   le permitimos  cometer errores porque  sabemos que apenas esta comenzando a entender el mundo que lo rodea y lo dejamos  que  vaya conociendo lo que es malo y bueno para su vida.

 

Otro  tanto  deberíamos  hacer  con  el  potro: permitirle ir conociendo o mejor entendiendo qué se pretende de él; irá aprendiendo por medio de reflejos condicionados -la manera que tiene para armar la información-.  Cómo salirse de esa molestia que le produce  un cabestro que tira para conducirlo, una rienda que tira de un lado para pretender que voltee, la pierna que lo aprieta para impulsarlo, entre otras muchas cosas a las que se  verá enfrentado cuando comience su proceso de doma  y que no son naturales para él.

 

Vamos a comenzar a domar un potro que nunca antes ha tenido ningún contacto con el hombre; un potro totalmente cerrero que hasta hoy, vivía feliz suelto en un potrero junto a su manada. Pero antes,  veamos  dónde se origina esa palabra DOMAR.

 

En latín DOMUS significa CASA y quien  vive en la casa es el hombre; luego todo aquello que se relaciona con el hombre dentro de su casa,  lo  llamamos DOMESTICO. En el caso de los animales que consideramos domésticos,  son aquéllos  que el hombre ha logrado  incorporar y socializar dentro de su ambiente y que además le OBEDECEN.

Así pues, cuando nos referimos a domar un caballo lo que queremos hacer es que este nos incorpore como algo cotidiano, pero que además nos obedezca y nos preste un servicio, para ello debemos hacer que en principio el potro nos tenga confianza, para entonces enseñarle a llevar una montura sobre su lomo, un bocado entre su boca, y un jinete que lo guiara por los nuevos caminos que habrá de recorrer. 

CONOCIENDO AL CABALLO

 

 

Para tratar con caballos, en especial si nuestra intención es sacar provecho de ellos para que nos ayuden  en las labores de campo, en la practica de algún deporte, o simplemente porque queremos salir a cabalgar en ellos, debemos conocerlos ante todo; saber cómo es su comportamiento natural, su desarrollo en libertad, cómo forman su carácter, el tipo de sociedad que conforman, en fin, para actuar con caballos, en primer lugar debemos tratar de pensar como ellos,  ponernos en su lugar y cuando podamos sentir igual que ellos, entonces sí podremos  involucrarlos  al medio de los humanos; un medio diferente al que Dios les dio cuando los puso en este mundo, pero al cual por su gran nobleza han accedido a ingresar, permitiendo ser domesticados para que el hombre se sirva de sus bondades aun siendo por equivocación o por ignorancia, objeto de atropellos por parte de aquél a quien  el Creador le dio el dominio del mundo.

 

Para lograrlo, empezaré por  explicar Los Pasos del Sistema de Doma Racional Equina,  principal interés del lector; algunos de los puntos claves para el desarrollo del mismo y que el domador debe saber para no cometer errores, producto del desconocimiento del comportamiento natural de los equino

 

 

 

LA  IMPRONTA  (IMPRINTING).

 

La palabra inglesa “imprinting”, significa imprimiendo, dejando huella.  Luego como imprinting o proceso de impronta, podríamos denominar  las acciones y situaciones  que el potro va imprimiendo en su cerebro, producto de las enseñanzas de la madre y de su entorno.

 

 

Esta impronta comienza desde el momento mismo del nacimiento: el potro llega a un mundo totalmente nuevo y desconocido para él; comienza a observar, a conocer todo lo que  encuentra a su alrededor y lo va aceptando como algo natural.  Para el potrillo recién nacido, todo lo  que percibe,  lo toma como  bueno.  Lo primero  que encuentra normalmente, es a su propia madre que en principio lo lame y seca, activándole la circulación sanguínea, ayudándolo a alcanzar su temperatura corporal. Lo ayuda a incorporarse y le brinda su primer alimento. De ahí en adelante, se forma entre ellos un vínculo de mutua ayuda, en cuanto a protección y alimentación para el potro. Y en lo que se refiere a la yegua, cuando lo amamanta,  alivia  la molestia que le produce la acumulación  de  leche en la ubre.

 

El potrillo va a estar siempre cerca de la madre y  aprenderá de ella todo lo que le enseñe;  por ejemplo, a qué temerle y a qué no; dónde encontrar la comida, qué lugares son seguros, a cuáles no debe ir, y algo muy importante: la dominancia o sumisión dentro de la manada.  Esto tiene que ver con el lugar jerárquico que ocupa la yegua madre dentro de su propia manada;  entonces tendremos que la yeguas líderes criarán potros con características de liderazgo, mientras que yeguas sumisas criarán igualmente potros sumisos que se doblegarán ante los superiores de su manada.

 

En cuanto a la relación y creación del vínculo entre el hombre y los caballos, lo ideal sería que estuviéramos siempre presentes en el momento del parto y así  convertirnos en algo natural para ellos. Existen técnicas de impronta que hablan de los ejercicios que se deben realizar con el potro recién nacido, para que éste nos acepte como algo natural, como decíamos anteriormente; pero en general  se resumen en acariciar al potrillo, haciendo que desde sus primeros momentos de vida nos tenga esa confianza que nosotros queremos. Otro de los puntos claves en este momento según expresan muchos autores, es soplar directamente en la nariz del potrillo para que  reconozca nuestro olor; se dice que si  hacemos  esto,  jamás olvidará ese olor por  el resto de su vida. 

 

Claro que este proceso de coger al potro desde los primeros momentos de su vida, sólo lo podremos hacer cuando la madre sea una yegua domesticada y permita que el hombre se acerque a ella una vez concluido el parto;  de lo contrario, este trabajo se torna casi imposible, pues si se trata de una yegua totalmente salvaje, bien podríamos interferir en la correcta relación madre–hijo:  posiblemente huiría dejando a su potro solo y acarreando   problemas posteriores.

 

 

Así, los potros en nuestro medio se han ido familiarizando más con el hombre, debido a que aun sin que  lo acompañe  desde su nacimiento, como sería lo ideal y algunas veces, sin  tener  contacto físico alguno, lo han visto cómo les suministra  la comida,  cómo lleva  a la madre  de cabestro, les da el agua, limpia la pesebrera, y en algunos casos cuando el potro es  tranquilo,  le ha dado una que otra cepillada.

 

Sin embargo, todavía existen zonas como en los llanos, donde muchas veces los potros no conocen al hombre sino luego del primer año de vida, cuando los traen por primera vez a los corrales para marcarlos y purgarlos, en una ceremonia que no es más, que un acto de completa barbarie, a pesar de ser algo que hace parte de nuestro patrimonio cultural. Con el simple hecho de ser encerrados, ya tienen miedo y se ven sometidos a situaciones de altísimo estrés y pánico que  más adelante cuando llega el momento de domarlos, se vuelven contra nosotros.   Estos potros que han sido sometidos a malos tratos, ya no nos tienen ese respeto y “miedo” natural que deberían, sino por el contrario,  se atreven a enfrentar a su domador;  para ellos el hombre es algo malo del cual deben defenderse y  cuando se sienten acorralados,  se vuelven peligrosos, sin serlo por naturaleza, pero debido al trato que recibieron algún día, toman esta actitud y se deben tomar medidas extras a las que normalmente tenemos, cuando trabajamos con la Doma Racional Equina.

 

 

EL LÍDER DE LA MANADA

 

Los caballos en su medio natural,  vivieron durante siglos en  vastas planicies, llanos o montañas, donde   se fueron desarrollando, formaron sociedades a las que llamamos manadas, compuestas por un gran número de animales entre yeguas, potros, potrancas y un semental, que a diferencia de lo que siempre se ha pensado no es el que domina, si no el que cuida, custodia y protege a los demás miembros de la manada, de intrusos que quieran acercarse a ellos. La que realmente domina las manadas es una yegua, la “madrina”,  generalmente  la más vieja de todas y  la que realmente dirige, ordena y guía  hacia los sitios que  conoce como los de mejores pastos, buena agua y abrigo.

 

 

Actualmente hemos conformado  manadas compuestas por caballos castrados y potros jóvenes donde se percibe también un orden jerárquico, en el cual alguno de los caballos comienza a tomar el liderazgo de la manada y si nos fijamos bien, seguramente es hijo de la yegua líder y  toma esa actitud aprendida de su madre en la impronta; ella fue la que formó su personalidad de líder; el resto de los caballos de ese grupo seguramente repetirá un orden similar al que tenían sus madres.

 

 

 

CÓMO EJERCE EL LIDERAZGO

 

Usualmente podemos distinguir fácilmente al líder de una manada, por ser aquel miembro del grupo que muestra el mayor número de actitudes de dominancia hacia los demás.  Va espantando y quitando a los otros de su camino; busca siempre el mejor sitio para comer aun cuando se encuentre ocupado; no permite que otros se acerquen a comer o beber, hasta que él se haya retirado del lugar; muerde y patea a los que se atreven a no mostrarle respeto.

 

Estas actitudes las aprendió de su madre y va a repetirlas,  hasta tanto se encuentre con otro que se atreva a enfrentarlo y logre vencerlo Es de esa forma  que se van dando un lugar de jerarquía dentro de la manada. Tienen pequeñas batallas: se muerden y patean para demostrar cuál es más fuerte; terminarán cuando alguno de los dos se muestre sumiso al otro y se repetirá entre todos los miembros de la manada, hasta que cada uno encuentre el sitio que le corresponde dentro de ella. Con los potros  jóvenes, principalmente, existe otra interesante situación  cuando llegan a cierta edad: comienzan a volverse rebeldes. 

 

Lo mismo que los jóvenes, los potros comienzan a tener actitudes que se salen de los parámetros establecidos por la yegua líder y ella debe tomar cartas en el asunto; mediante una especie de ritual, pone al potro rebelde en una situación en que debe escoger, entre hacer caso a las leyes de la manada o salir definitivamente de ella. Aparta al potro rebelde y lo mantiene a  distancia considerable del resto de la manada; con ello le indica que si no obedece, deberá marcharse y permanecer  solo, lo cual es traumático para el potro.

 

El caballo es un animal altamente sociable; se siente a gusto y seguro cuando puede convivir en grupo; de lo contrario, sabe que es vulnerable ante cualquier posible depredador; aun sin saber  matemáticas, intuye que en caso de un eventual ataque, las probabilidades de ser  la victima, se ven reducidas cuando existe un mayor número de presas de caza. Por esta razón, el potro  tratará por todos los medios, de regresar al grupo donde sabe que estará bien; pero la yegua líder  lo evitará a toda costa y cada vez que él intente volver, la yegua lo perseguirá y lo mantendrá aislado del grupo.

 

Algunas veces y en estado salvaje, el potro si es macho, termina por irse cuando  está entrando a su madurez sexual; pero suele suceder que este potro o potranca rebelde termina accediendo al dominio de la yegua. Siempre preferirá estar con el grupo que solo y así se lo hace saber a la yegua líder, por medio del lenguaje corporal que ellos utilizan: el rebelde en un momento se queda mirando a la yegua y baja la cabeza como haciendo una venia; con esto le hace saber que de ahora en adelante va a aceptar y obedecer las leyes de la manada que ella lidera. Acto seguido, la yegua se da vuelta dándole la espalda al doblegado potro, permitiendo que se le acerque y comienza a caminar por delante de él hasta llevarlo nuevamente con la manada. Así el potro aprende que  no puede hacer lo que se le antoje; que en adelante deberá respetar y obedecer a un líder, a ése que le dio una lección y aceptó como tal;  lección que quedará grabada en su memoria para siempre.

 

EL ORDEN JERÁRQUICO

 

Tomando como punto de partida  al líder de la manada e imaginándonos una pirámide social, similar a la que podemos ver con los militares o en cualquier empresa, habrá otro animal que a pesar de estar bajo la dominancia del líder, tiene poder sobre el resto de la manada y así sucesivamente, hasta llegar al final de esa pirámide donde encontraremos al más sumiso del grupo. Lo podemos comprobar,  cuando llevamos las manadas por ejemplo a un corral: veremos que al frente, siempre va el mismo animal y aquél que entre de último igualmente será el mismo siempre; de la misma forma con los caballos que van al centro, tal vez con pequeñas variaciones en cuanto al orden de llegada.

 

 

Siguiendo con la manada, cada uno de sus miembros,  además de tener una posición jerárquica, debe ayudar a cuidar a los demás, tanto a los más débiles como a los fuertes; todos dependen el uno del otro; no puede haber gerentes sin empleados, ni generales sin soldados; todos están encargados de cuidarse mutuamente. Veamos un ejemplo: podríamos decir que el líder, además de velar por el bien general de su manada,  presta especial atención al segundo y tercero en su orden jerárquico, éstos a su vez se cuidan mutuamente, vigilan al líder y a otros dos compañeros que escogen para prestar su servicio; luego estos cuatro animales hacen algo similar, hasta formar una gran red parecida a una telaraña.  Como decía al comienzo, todos cuidan de todos

 

EL ESPACIO DE PROTECCIÓN

(DISTANCIA DE FUGA)

 

 

La vigilancia a que me refería anteriormente, se realiza desde un punto situado dentro de un espacio individual para cada uno de los miembros. Este espacio, es un área que circunda a cada animal y que él protege de los demás miembros del grupo; no permite que sea invadida, salvo algunas veces por aquél que lo domina o por alguno de sus protegidos; de lo contrario, seguramente lanzará un ataque contra el intruso para recordar que no debe entrar dentro de ese espacio  considerado como suyo  y que se ha ganado como producto de su dominancia. Dentro de este espacio  se siente tranquilo y cómodo; no le gusta que se lo invadan; es como si habláramos de nuestra habitación: a pesar de estar dentro de la casa, es nuestro espacio privado; nuestros padres pueden entrar cuando quieran, pero no el hermano pequeño o se atiene a  las consecuencias. Desde ese espacio, ejerce la vigilancia para la seguridad de los demás y la suya propia.

 En caso de que haya invasión, de algo que represente peligro tanto para él como para el resto de la manada, huirá. El acto de violación de su espacio de protección, será motivo para que en la zona deje de sentirse a seguro, emprenda la  fuga y busque  la distancia que debe mantener para recuperar la seguridad perdida. Por ese motivo,  muchas veces vemos, que si algún miembro de la manada se percata de un peligro corre, y  todos los demás harán otro tanto, sin importar el porqué de esa carrera desenfrenada.  Es una reacción en cadena del tipo dominó, donde causas violentas producen reacciones violentas; un sistema de defensa creado a través del tiempo por aquellos animales del tipo presa, al igual que los venados, las cebras, cabras, gallinas, etc. Son  animales que como particularidad tienen los ojos a los costados;  les permite tener una visión periférica de su entorno, mientras los demás animales incluyendo al hombre, son de tipo depredador, con los ojos al frente de su cráneo, para  tener siempre a la vista la presa en el mismo sentido en que va a atacar.  Cuando alguno de los animales tipo depredador invade su espacio seguro, o escucha algún ruido que el considere aviso de un peligro, se presentan tales reacciones, buscando recuperar la distancia segura. Si  lleváramos una vaca al sitio donde hay caballos, ellos posiblemente no tendrían mayor reacción, pero  si el que entra es  un perro,  saldrían espantados.

 

 

 

COMENZANDO LA DOMA

 

Aquí, empezaré  a explicar los pasos que componen el sistema de Doma Racional Equina, basándome en que el potro a trabajar se ha criado en pesebrera o en el potrero de una finca, junto a otros potros y  de alguna  manera se ha acostumbrado a ver al hombre como parte de su entorno natural, pero con el cual la única relación existente es la de aquél que le da comida y agua,  lo que comúnmente vemos en nuestro medio.

 

 

Llega el día en que se decide comenzar a domar este potro al que nunca se ha tocado antes. Jamás se le ha puesto un lazo en su cuello y mucho menos un jaquimón o cabezada. Es un potro totalmente virgen en cuanto a algún tipo de manejo de doma.

 

Debemos llevarlo al corral circular, bien sea haciendo que siga un caballo manso por “amadrinamiento”, o llevando varios potros y luego ir sacándolos hasta quedar solos con el escogido. El método puede ser cualquiera, pero siempre procurando no tener que hacer uso de la fuerza ni de ningún otro tipo de violencia hacia él.

 

Una vez dentro del corral y  seguros de que no hay otros caballos cerca que lo distraigan o si los hay, procurar que el potro no los pueda ver -teniendo corrales ciegos- podemos iniciar el trabajo de doma.

 

 

EL CORRAL CIRCULAR

 

El corral será nuestro salón de clases y es imprescindible tenerlo pues es un sitio que nos brinda todas las comodidades para el trabajo con nuestros potros, cabe aclarar que los corrales cuadrados, rectangulares u ovalados no sirven para un buen trabajo, pues en el caso de aquellos que posean esquinas los potros llegaran  a ellas y trataran de protegerse allí y cuando tratemos de hacer que salgan de esta lo que logramos muchas veces es que el caballo al verse acorralado busque salir del corral saltando fuera de el con los riesgos que esto conlleva, el ovalo tampoco es bueno por que nosotros tendremos que desplazarnos constantemente hacía un extremo y otro cuando el caballo se dirija a ellos y recogiendo las riendas largas cada vez que llega a los sectores mas angostos, con lo que el trabajo se hace muy difícil.

 

El corral circular en cambio es una recta interminable sobre la cual el caballo podrá desplazarse sin encontrar que se le cierra el camino, como ocurre cada vez que llega a una esquina, y teniendo siempre la posibilidad de salir hacia un costado evitando así el tener que saltar fuera.

 

A continuación encontraremos la forma de armar el  corral mas sencillo y económico de todos, lo importante a tener en cuenta son las medidas del mismo, después si queremos lo podremos construir totalmente cerrado, techado y con la cantidad de lujos que se nos vengan a la cabeza.

Antes de construirlo debemos tener en cuenta una serie de elementos que nos brindaran mayor comodidad para nuestro trabajo

 

En la medida de lo posible debe poseer un buen drenaje, o desnivel del terreno, para no perder tiempo en los días en que ha llovido con anterioridad.

 

Tratar de ubicarlo cerca de los árboles para protegernos del frío, vientos y que nos brinde algo de sombra.


Alejado de las pesebreras, pistas o picaderos de trabajo, ya que distraen y evitan la concentración, principalmente en los primeros días cuando el potro aun se siente un poco incomodo al estar solo y busca a sus compañeros.


En lo posible el suelo debe ser compacto, alisado y un poco abovedado, antes de poner la capa de aquello que nos servirá de amortiguación  ya sea arena, aserrín, etc. La combinación de camas viejas con arena da un buen resultado para bajar costos.

 

Trataremos que el piso no tenga desniveles, pues esto no ayuda a los potros a equilibrarse bien.

 

La puerta de acceso debe ser suficientemente amplia como para que puedan caber dos caballos o tres a la vez y si es posible que abra hacia adentro y afuera, tratar de ubicarla al lado opuesto de las caballerizas para evitar que el caballo quiera pararse cada vez que pasa por allí de lo contrario pararán o intentarán hacerlo en cada vuelta.

 

 Para trabajar con potros cerreros, se recomienda una baranda de por lo menos 1,50 metros de altura, con tres travesaños.


Si el trabajo que se va a realizar, es con caballos sin domar, pero ya manoseados o que ya tengan algún tipo de manejo, 1,20 metros de altura mínima es suficiente, con dos travesaños.

También es recomendable poner un tablón de unos 30 centímetros de ancho en el suelo para evitar que se salga el material de amortiguación que estemos usando.


Los postes estarán distanciados unos de otros a 2,50 metros, para hacer el corral lo más circular posible.


Debe tenerse cuidado en no dejar puntas o lugares donde se pueda lastimar el caballo.

 

 

Se recomienda también dejar las paredes un poco caídas hacia fuera, para evitar que cuando estemos montando el caballo nos pueda aplastar la pierna contra la pared, esta caída se toma dejando caer una plomada desde una altura de 1,50 metros la cual deberá estar a 50 centímetros de la base de la pared o del poste que se este usando.

 

El radio del corral podrá estar entre los 6 a 10 metros de longitud, el ideal seria tener un corral chico y otro grande el chico para comenzar la doma y el grande para los ejercicios montado, sino es posible tener un corral con una medida intermedia es suficiente.

 

En el centro del corral podemos tener un botalón central de al menos 1,80 metros de altura que este clavado lo suficiente mente profundo en el suelo como para que el potro no pueda sacarlo, este botalón deberá ser completamente liso y en la medida de lo posible redondeado, NO deberá tener forma de Y, pues el fin de este botalón no es el de atar con fuerza a nuestros animales si no apoyarnos en las tareas de la doma.

 

Algunas partes de este capitulo han sido tomadas de información encontrada en internet de escritos del señor Jorge Lisandro Montiel.

 

EL LIDERAZGO DEL HOMBRE

 

Con el potro solo, dentro del corral, comenzaremos a espantarlo obligándolo a correr alrededor. Podemos utilizar una cuerda larga que se va arrojando por detrás de las patas o sobre el anca para obligarlo a avanzar; también,  un látigo pero no para golpearlo sino porque el ruido que  genera al blandirlo en el aire lo hace avanzar; o  tocarlo con una caña larga en el posterior, obligándolo siempre a ir hacia el frente.

 

El potro al principio correrá espantado, porque esto es nuevo para él y procura mantener su espacio de fuga; pero con el paso del tiempo, se dará cuenta de que no queremos hacerle ningún daño con nuestra actitud; buscará detenerse para descansar y enese momento dejamos de ejercer la presión que estábamos haciendo; esperamos  que el potro al detenerse  dirija toda su atención hacia nosotros, nos mire y nos siga con la cabeza si nos movemos.

 

Generalmente, las primeras veces que para, nos  mira por unos segundos, pero luego se distrae con los ruidos externos  o trata de mirar hacia fuera. Si el potro hace esto, lo corremos de nuevo, tantas veces como sea necesario hasta que él entienda que no le debe importar otra cosa en el mundo más que su domador.  Debemos lograr que toda la atención del potro esté puesta en nosotros.

 

Además, buscaremos que  nos muestre sumisión, no sólo  con el  hecho de mirarnos fijamente, sino que baje la cabeza como si oliera el piso; éste será el momento en que  nos esté aceptando como su líder;  es la forma en que ellos lo hacen en la naturaleza y es el punto que estábamos buscando mediante el ejercicio de correrlo. Podremos notar   que cuando  dejamos de presionarlo y le permitimos que se detenga, además de las dos acciones anotadas, hace un movimiento de mascado o tascado con lo que nos demuestra que le gusta lo que estamos haciendo: dejar de hacerlo correr y presionarlo para que lo haga. El potro nos  comunica en su lenguaje corporal con estas tres acciones  algo así como:

 

- TE ACEPTO COMO MI LIDER. AHORA ATENDERÉ TUS ÓRDENES Y ESTARÉ SUMISO A TI.   

PERO POR FAVOR NO ME HAGAS CORRER; ME GUSTA MÁS ESTAR QUIETO QUE EL EJERCICIO FÍSICO

 

 

Con ello,  estamos imitando el ritual que se daba entre la yegua líder y ese potro rebelde que explicaba al principio  Al obligarlo a correr, primero le causaba miedo, pero lo fue asumiendo con el paso del tiempo. Lo alejamos de nuestro  lado, tal como lo hace la yegua; en este caso no hay una manada a la cual volver pero hay un ser que aunque diferente en cuanto a la apariencia física, hace lo mismo que un líder haría si estuviera en el campo y  espera  que el potro le preste atención y lo tome como líder.

 

Lo que seguiría en la naturaleza, sería darle la espalda esperando que el potro viniera hacia nosotros y nos siguiera. Para ser franco, hasta el día de hoy solamente un potro de todos los que he trabajado, ha hecho esto: permitió que lo tocara cuando estuvo cerca de mí.......

AHORA LE INVITO A QUE TERMINE DE LEER ESTA OBRA PARA QUE PUEDA PONER EN PRACTICA CON SUS EJEMPLARES TODOS LOS SECRETOS DE LA DOMA RACIONAL EQUINA...

SON 13 DOLARES AMERICANOS O

$45.000 PESOS COLOMBIANOS

El archivo PDF viene acompañado de fotografias que haran entender de mejor manera el texto.

GRACIAS POR SU APOYO.

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